No me merece la pena sentirme frustrado y sembrar la tensión a mi alrededor. El hecho de que inevitablemente no pueda controlar el desarrollo de los acontecimientos no merece un cáncer y una alopecia prematura. No me merece la pena hablar de cosas que ya han sido escritas o cantadas. El trabajo duro está hecho.
Soy el que pone la música alta a las dos de la mañana para no oír los muelles del colchón demasiado cercano pero también soy el que los hace chirriar, soy el que no sabe decir que no a una cerveza y el que prefiere quedarse en casa y tomarse un vasito de leche antes de ir a dormir, soy el que no puede vivir sin ella y el que es incapaz de sentirse cómodo en su presencia, soy el que escribe esto y soy ella, soy Santiago Nasar y el que desvirgó a Ángela Vicario, soy el que sabe demasiado y el que sólo sabe admirar a los que me superaron, soy tú, el que alguna vez fuiste tú y el que serás tú, sólo soy presente porque no existe nada más, soy Siddharta.
martes, 29 de septiembre de 2009
No me merece la pierna
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