martes, 1 de septiembre de 2009

Monólogos oníricos (a mis amigos)

Estás vacía. No eres diferente de los pájaros. Necesitas volar de un lado a otro siguiendo algún objetivo atávico o infinidad de veces efímero. Necesitas trabajar trayendo las ramas que te permitan tener tu propio nido y ser independiente. Necesitas sentir que eres útil y que estás siendo aprobada por una moral que has creado interesadamente, sin aún conocerte siquiera, influenciada por miles de retazos incoherentes y descoordinados. No eres diferente de los pájaros ni de ti misma. Te acuestas y te levantas siendo la misma persona. Creyendo que sabes algo nuevo, que avanzas, pero sin dar un solo paso.
Actuar en consecuencia de suponer que las cosas tienen un sentido es suponer que existe Dios y que además puedes entenderlo. Es obviar la posibilidad extra: aquella que te permite plantearte que las cosas también pudieran “funcionar” en otro orden o en cualquier estado de desorden. Sé que es más cómodo no hacerlo. Supongo que es más fácil llevar puesto un reloj que leer a García Márquez. Es ruin y perezoso, aunque si no fuera porque no estás aquí y el sueño, poco a poco, me quita de encima la inactividad de la vigilia, jamás te diría esto.

A Sara (la que no busca)




Gracias. Gracias por el color, por la confianza y por el ritmo. Por el sentido de participación, de ciudad y de plenitud en la búsqueda. Por todas las cosas y por dejar una rendija abierta en el telón que me separa de esas cosas. Por ser parte del continuo de la duración y de la tierra. Por ser tan extraordinariamente normales y naturales.
Gracias, directores, por explicarme la película (aunque a la tercera vez no la entendí). Por ser, sin saberlo, pájaros, piedras o personajes de cuento. A veces es necesario andar para demostrar el movimiento, leer un par de best-sellers y comerte la boca con tus congéneres (con los guapos).
Gracias por enseñarme tanto. Gracias, gilipollas.

A Libertad y Salva (los que ya han encontrado)





Es bueno saber que no estás solo. Es bonito ver la panera llena de estrellas, a veces.

A Ismael (el que busca)







No estoy muy seguro de saber qué significa nada de lo anterior, por tu culpa. Ni de lo siguiente.

A Clara (la que no sé dónde está)





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