Es imposible estar seguro de algo sin ofrecer una justificación a todo desde el principio de los tiempos, lo cual incluye (¿en último término?) la visión imparcial, externa y absoluta sobre tu propia justificación. Lo cual es imposible.
Me retracto de lo nunca dicho y me declaro dependiente de una tautología. Existe un determinado estado mental orgánico a prueba de toda conciencia, asesino de todo proceso que aspire a ser lógico antes siquiera de su propia fundación, inevitablemente humano como el puro instinto de supervivencia, suspensión arbitraria del principio de razón suficiente, axioma justificable y causa sui.
Existe, porque la pienso, la comunicación esencial, recíproca, de mutua aprehensión plena, simbiótica desde los estados íntimos de la materia, inequívoca en su composición y necesaria para la vida. Es imposible exagerar la importancia del gran misterio. Entre los infinitamente reproducidos espacios en blanco y orbitales incompletos llenos de autoengaño y fe, a veces se da un sistema: de partes indistinguibles pero sinérgicas hasta el extremo, cerrado y aislado, jamás contradictorio y siempre concluyente, como principio, como fin y como elemento privativo del sentido de estos conceptos. Si todo tiene una razón (comprensible o no), la ausencia de razón debe ser justificable por sí misma. Existe, porque tiene que existir, la salida de la lógica por la puerta de atrás. Todo lo demás acabará por hacer daño.
(Es como cuando al principio de All Down the Line entra Charlie Watts.) Cohibidos todos los métodos de alcanzar el lapsus de clarividencia, se captan las auténticas revelaciones. En ese momento sabes que una cosa ha sido creada para la otra, que han nacido inevitablemente ligadas, que son una verdad. Entonces el universo se expande, tus pequeños pulmones llenos de nicotina dejan de caberte en el pecho, el saldo es positivo para el resto de los tiempos y vivir es una obligación incuestionable. Ya no eres uno de esos personajes de Kerouac locos por hablar, locos por ser salvados, deseosos de todo al mismo tiempo, aquellos que nunca bostezan ni caen en un lugar común. O eres precisamente eso. En cualquier caso, no te preocupa. No te interesa ser interesante, ni siquiera ser bueno. Estás ocupado.
Estoy enamorado.
2 comentarios:
Eres el amo y señor de la realidad que te rodea, sea real o no.
Ni el más arriesgado de las personas atrevidas que jamás conoceras hubiera nunca imaginado que tu mismo, con lo que tu has sido, eres y serás, acabarías en alguna remota ocasión ni siquiera vislumbrando que hicieras un post de este tipo.
Con cariño "Quien Tu Sabes"
Publicar un comentario