lunes, 4 de enero de 2010

Soneto a mi peor crítico


Estos versos para ti voy a medir.
No espero alabanzas, sí puñaladas
de tus palabras, tan bien lavadas.
Ruego a Caín fuerzas para recibir.

¡Qué osadía un soneto escribir!
Donde los maestros hundían armadas
sólo estas sílabas dedicadas,
para ser poeta, o al menos fingir.

No me cabe duda alguna factible,
seguro usted sobre el texto miccione.
Su gusto no es a mi rima asequible.

Propongo antes, señor, que me cuestione,
oferta de rechazar imposible.
¿Qué hay que una cerveza no solucione?




1 comentario:

Anónimo dijo...

Rima y remedia

No seas demas oneroso crítico
que la gloria y fama se le ha escapado
que tanta maestría ha demostrado
no le ascenderá ser poeta mítico.

Con ínfulas de poema imítico
trata de bufar al enemistado
cuyo ego no se revuelve afrentado.
Sea la puya de atino analítico

que pena caro del rimar el verso
rebuscando las letras colocadas
en tapiz inocentemente terso,

que a la historia se miran abocadas
en contra del ingeniero perverso
de rimas pronto en el tiempo olvidadas.